En menos de un mes, el Covid-19 nos forzó a adoptar dinámicas a las que habíamos sido algo reticentes durante la última década como el teletrabajo y las clases virtuales. Estos solo se habían implementado parcialmente en algunas empresas e instituciones de educación superior en el mundo como complemento de las jornadas laborales y escolares presenciales. En cifras en América Latina antes del Covid-19, Brasil era el país con más empleados trabajando desde sus casas, con 12 millones de teletrabajadores, seguido de México (con 2,6 millones) y Argentina (con 2 millones). Pero debido a la emergencia causada por el Covid-19 y a las medidas adoptadas para evitar su propagación (el aislamiento, evitar usar transporte público, entre otras), el teletrabajo y la educación virtual son prácticas que hemos adoptado obligatoriamente y esto implica un cambio cultural sin precedentes.
Según Belén Gancedo, directora de Educación de Microsoft en España “No nos encontramos solo ante un reto tecnológico, sino que quizás sea más importante el reto cultural y metodológico que implica. La clave está en que hay que preparar a los profesores y formarlos, evitar su escepticismo” (refiriéndose a la educación virtual en España en tiempos de pandemia). Y esto aplica también para la situación que enfrenta América Latina, así, la educación virtual y cómo los estudiantes y docentes se adaptan a ella (prescindiendo de las clases virtuales) es un problema global con muchas aristas. Quizá, en líneas gruesas la discusión sobre la educación virtual podría plantearse en dos líneas: qué va a pasar una vez superada la coyuntura del Covid-19 y específicamente cómo se hará llegar los cursos (ya sea de primaria, secundaria o de educación superior) a las zonas rurales.
El futuro de la educación virtual en América Latina
En América Latina, el organismo que se ha encargado de estudiar cómo funciona la educación virtual es el Observatorio de la Educación virtual en América Latina y el Caribe. En el 2019, este observatorio publicó Prospectiva de la Educación a Distancia en América Latina y el Caribe una recopilación de ensayos, editada por Claudio Rama y Elsa Cárdenas, sobre cómo tentativamente funcionaría la educación virtual en los próximos años y cuáles retos que se avecinan para su exitosa implementación. Por supuesto, cuando este libro se publicó la pandemia no había llegado a nuestras vidas (ni siquiera imaginábamos que algo así podría pasar), pero vale la pena revisarlo desde la perspectiva de que el futuro ya nos alcanzó, y no podemos aplazar más la implementación de la educación virtual en los los colegios, universidades e institutos de educación superior.
Uno de los capítulos más esperanzadores de este libro es La educación en el porvenir de Francisco Cervantes y Alma Xóchitl. En el los autores reflexionan sobre cómo se han transformado digitalmente las instituciones de educación superior y cómo la interacción con las TIC (aulas virtuales de aprendizaje, laboratorios virtuales, etc.) ha generado nuevos modelos educativos. Estos modelos educativos a su vez han propiciado redes colaborativas que permiten la elaboración de proyectos que sería imposible llevar a cabo sin las nuevas tecnologías. Es decir, ese paso que tan indecisos estábamos de dar de la educación presencial a la virtual (y que ahora dimos por imposición) trae consigo oportunidades que debemos explorar.
De otro lado, en el capítulo de Emma Barrios y David Olivo, La educación a distancia como oportunidad de equidad y democratización en el Perú, se enfoca en cómo las herramientas digitales y la educación virtual son agentes activos en la transformación de las sociedades (si además de garantizar el acceso a los contenidos se asegura la permanencia de los estudiantes en los programas educativos). Esto hace que la educación virtual, la oferta de cursos y la cantidad de estudiantes en América Latina interesados en programas mixtos (presenciales con un componente virtual) esté en aumento; en el 2019, 584.405 estudiantes en México se matricularon en programas de de este tipo; 452.271, en Colombia y 160.977, en Argentina.
En este momento donde la educación virtual en los colegios y universidades alrededor del mundo es un imperativo y no una opción más, la principal preocupación de docentes, padres de familia, directivos y estudiantes es la calidad contenidos educativos en plataformas virtuales. Precisamente, en Prospectiva de la Educación a Distancia en América Latina y el Caribe hay estudio de caso dedicado a esto Factores de calidad de la educación a distancia en la Universidad de San Martín de Porres de Juan Flores y Rosa del Pilar López. Los autores analizan la calidad de la educación a distancia desde cuatro dimensiones: la calidad de la formación, la calidad de la información, la calidad del sistema y, finalmente, la calidad del servicio.
Educación virtual en áreas rurales
De otro lado, garantizar la infraestructura que les permita a estudiantes de todos los grados de escolaridad acceder a la educación virtual, como ya se ha señalado, es una de las líneas de discusión sobre la eduación virtual que debe priorizarse. La educación virtual en las áreas rurales (así como la desigualdad social y el acceso a servicios de salud) es un problema que se hizo más notorio a causa del Covid-19.
En el 2018, el Observatorio de la Educación virtual en América Latina y el Caribe publicó el libro que recopila análisis sobre este problema La educación a distancia y virtual, estrategia de impulso al desarrollo rural en América Latina, compilado por Claudio Rama y Claudia Toro. El capítulo introductorio La universidad estatal a distancia,humanismo y ruralidad. Claves desde la responsabilidad social, el género, y la ecología de Vilma Peña Vargas abarca la educación virtual rural desde una perspectiva social y política. La autora hace énfasis en las corresponsabilidades como algo necesario para lograr un desarrollo humano integral. Y en ese sentido el reto de la educación virtual en las comunidades rurales es “potenciar procesos de investigación pertinentes a favor del cuidado de la vida, con la participación de las comunidades como unidad de sentido y contraparte; vinculaciones que funcionen como verdaderas comunidades de aprendizaje, que inspiren, orienten y favorezcan a la construcción de políticas públicas resultantes del diálogo universidad-comunidades locales”.
Así, el futuro sobre la educación virtual y la educación virtual en zonas rurales son temas que estamos discutiendo sobre la marcha y los aportes del Observatorio de la Educación virtual en América Latina y el Caribe son fundamentales en la construcción de políticas públicas que garanticen la accesibilidad a internet, computadores, tablets e infraestructura tecnológica en América Latina.