Los laboratorios virtuales son una necesidad pedagógica a nivel global. De un lado, los laboratorios virtuales le permiten a los estudiantes explorar objetos o lugares que no son de fácil acceso, ya sea por la seguridad de los estudiantes o porque la institución a la que pertenecen no cuenta con los equipos adecuados. De otro, a través de herramientas como VirtualPlant, los laboratorios virtuales facilitan a los docentes la adecuación de estos objetos o lugares para investigarlos, analizar su comportamiento en un espacio simulado, y prever y controlar inconvenientes antes de que la práctica se lleve a cabo en un espacio de la vida real. En otras palabras, los laboratorios virtuales son una herramienta indispensable en las instituciones de educación superior porque complementan los cursos presenciales, y preparan a los estudiantes para los retos que enfrentarán en su vida laboral.
Alrededor del mundo se han documentado las ventajas del uso de herramientas virtuales en las instituciones de educación superior. Por ejemplo, en el 2013, la Universidad Politécnica de Madrid a través de la construcción de la plataforma GridLabUPM propició el acceso a cuatro laboratorios virtuales: Laboratorio remoto de electrónica eLab 3d, Laboratorio virtual de biotecnología agroforestal, Laboratorio virtual de control de riegos y Laboratorio de ciencia e ingeniería de materiales. Según Luis Catalán, docente de esta institución, la implementación de estos laboratorios genera valor tanto para la institución como para el proceso de aprendizaje en sí porque “la experimentación virtual amplía de forma extraordinaria las posibilidades de las prácticas docentes mediante experiencias que no serían posibles desarrollar en la vida real o mediante variantes agregadas a cada una de ellas”.
De otro lado, en el 2018, investigadores como Leandro Rosniak y Liane M. Rockenbach, en Brasil, identificaron la necesidad de incluir laboratorios virtuales en entornos educativos debido a que la internet y los juegos electrónicos han cambiado la forma cómo percibimos y aprehendemos el mundo. En ese sentido, las instituciones de educación superior se enfrentan a emplear recursos tecnológicos similares a los juegos electrónicos, como laboratorios virtuales, infografías entre otros recursos, con el fin de promover el aprendizaje activo.
En Latinoamérica, el desarrollo de herramientas tecnológicas, como el desarrollo de ambientes virtuales de aprendizaje y escenarios inmersivos, que promueven el aprendizaje activo y apoyan los procesos de formación en educación superior son liderados por el Grupo INGCO. Quienes junto con las universidades Santo Tomás y Catolica del Maule de Chile desarrollaron simulador enológico Bitwine (clic para acceder al demo del simulador). Una planta virtual de vinificación para la educación técnica y profesional en el manejo de maquinarias enológicas en una planta vitivinícola de producción de vino blanco y tino.
Como ya se ha recalcado, los laboratorios virtuales son una necesidad pedagógica, tanto para estudiantes, quienes pueden optar por una formación más completa que los acerque a la realidad laboral de su campo, como para docentes e instituciones de educación superior, quienes pueden optimizar los recursos y reducir costos operativos al implementar herramientas virtuales.